Ponencia:

Ayahuasca, Un Mundo de Intercambios y en Constante Exploración


Segundo Crispin Chindoy

Se han desarrollado diversos estudios sobre yage, sus efectos y relaciones culturales al rededor del yage o ayahuasca, planta considerada como sagrada para los pueblos indígenas. El acercamiento al estudio de esta planta y sus relaciones ha estado mediado por la forma tradicional de estudio, y se le ha concebido como un objeto. Sin embargo para los pueblos indígenas se complementa esa relación del esquema estructural de conocimiento y se concibe como un sujeto que se conecta con la materia y con la energía de la naturaleza, capaz de explorar campos que se vuelven dentro de la cotidiana de transformación constante de la diversidad cultural y transforma las relaciones de conexión de vida de los pueblos. Es allí en el que la vivencia y expresión de ellos, ven a la ayahuasca como un ser, sin género, que habla, y es capaz de conectar, emoción, sentimiento, conocimiento y acción. Esta visión empieza también a replantear el significado de sujeto desde la epistemología, yage, no tiene cuerpo, pero habla, se siente a través de los medios que la provocan, la inspiran y la mueven bebiéndola. Genera reacciones a través de la Waira (hojas), del canto y de la melodía de los instrumentos. Es visible a través de las sensaciones del medio que acepta su bebida y se une a lo inexplorado. Sé conoce en las historias de los Taitas, de los pacientes, de los pueblos que siguen su lucha por el respeto y conocimiento de ese libro universal que les brinda y les recuerda sus saberes ancestrales.

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